Hoy vengo a contaros algo que me tiene fascinada y aterrada por partes iguales. He descubierto algo que responde a muchas de mis preguntas sobre la estupidez humana. Todo cobra sentido a partir de ahora, así que ¡agarraos los machos!
Primero voy a poneros en situación y a explicaros tres conceptos, este sería el apartado de cultura general, y oye algo que os lleváis para casa. (De nada. Una se alegra de resultar útil).
-Allodoxaphobia: Miedo a las opiniones de los demás.
-Epistemophobia: Miedo al saber y al conocimiento.
-Fronemophobia: Miedo a pensar.
-Rectophobia: Miedo a los culos. (Este no tiene nada que ver con lo que voy a contaros, pero me hacía mucha gracia)
Bien, quizá las tres primeras fobias que he nombrado os resulten conocidas, porque tengáis amigos que la sufren, vecinos, compañeros de trabajo o sin ir más lejos, los políticos de este país. (Mi fronemofóbica favorita es Ana Botella).
Tenemos un gobierno de Allodoxafóbicos y fronemofóbicos que llevan a una sociedad de epistemofóbicos y borregos. Esto es así, María Teresa.
Un gobierno que no piensa en el pueblo, que actúa por impulsos, que rechaza y prohíbe las opiniones del pueblo por miedo a que el conocimiento sufraga el poder de unos cuantos tiranos incompetentes. Porque señores, el conocimiento hace a las personas libres, les hace tener opinión e identidad y eso es lo que se intenta evitar en este país desde hace muchos años, nos quieren obedientes y sumisos, con una sola opinión: la suya. Y la libertad de expresión es el gran enemigo de la tiranía.
George Orwell dijo: "La libertad de expresión es decir lo que la gente no quiere oír". Y así es. No nos quieren oír y por eso nos quieren callar.
Creo que mi fobia sería "miedo a no callarme nunca", pero bueno soy así que le voy a hacer.
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